jueves, 11 de septiembre de 2014

La Ceguera (Teaser 1)

          Cuando uno vive toda su vida en un lugar, no podría ni aunque se lo propusiera no conocerlo de memoria. Mi mamá me contaba algunas veces de cómo era antes la ciudad, de cómo las calles parecían susurrar incesantemente una canción que solo un argentino podía reconocer. "La melodía de cada tango de Gardel", me decía ella, ",Y la de cada gol de Maradona. Cada pintura de Berni, cada palabra de Borges y Cortazar, cada color de Caminito, todo revoloteando por la ciudad, sin que nadie se atreviera a callarlo. Era la música de Buenos Aires.". Mi mamá solía cantar algo que siempre reconocí como esa melodía callejera. Mi padre solo una vez habló de su infancia, recordando más las baldosas flojas que salpicaban agua que los campos que luego sabría recorrían el lugar salpicando verdes. Yo, por mi parte, sabía de memoria dónde estaba todo: La biblioteca, con sus maderas corroídas por el paso de los años; El escritorio de mi padre, verde musgo y rojo sangre, en la esquina vecina a mi colchón; El charco de agua que convivía con la habitación desde antes que nosotros llegáramos. Podía caminar hasta cada una de los colchones o sillones donde dormíamos, y reconocer solo con una bocanada de aire quién estaba en ellos. Sabía de memoria casi todos mis libros, por lo que de vez en cuando le robaba uno a mi mamá sin que se diera cuenta. Saborear un libro a escondidas era uno de mis más grandes placeres. Es que, para mí, esos libros cantaban.
            Me costó mucho arrancarle alguna palabra a mi madre sobre lo que había pasado. Ninguno de los habitantes del sótano parecía querer recordar lo que mi padre llamaba "El primer día del Año Cero". Yo no comprendía bien por qué casi todos en ese lugar eran tan infelices, ni qué o quién era lo que les había dado su favor para después quitárselo de tal manera que no volvieran a ser los mismos. Solo algunas palabras en mis libros me revelaban que había habido cosas que yo no conocí, y que tal vez no conocería. La única vez que mamá habló sobre el tema, me explicó que yo había nacido en el día 17 del Año Cero, poco después del desastre que había encerrado a mis padres en el sótano donde vivíamos. Me había dicho que no era posible volver atrás, y que no me preocupase de cosas que jamás entendería. Pero había palabras que volaban en mi cabeza, y que no podría sacar de allí hasta saber su significado. Ellos accedieron a explicarme la mayoría de ellas, pero siempre obviaron la única que yo sabía que esclarecería todas mis dudas. Yo solo pasaba horas y horas mirando la brillante Luz del que había sido nuestro hogar por los últimos 16 años, preguntándome qué había pasado entonces; Qué es lo que era el Sol, y qué había pasado con él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario