La oscuridad se sonreía, maliciosa y errante.
Sus ojos me sondeaban intrigados, buscando furtivos
un momento idóneo donde atormentar mi ser.
De vez en cuando lo logran, tal vez a fuerza de mi necia naturaleza.
Y solo entonces ella logra atravesarme y quedo a su
completa merced, en un insaciable mar de
que goza de inundar mi ser, y mi voz.
En ocasiones, hasta ha querido salpicar mi Vos.
Mas ni yo ni nadie podemos escapar de Maquiavelo.
Somos marionetas de esta incertidumbre sin palabras,
sin filias y sin saberes.
¿Qué platónico ser me rescatará de mis cavernas,
de mis sombras privadas y personales?
¿Qué virgiliano ente se dejará ser en sueños,
o tal vez en sueños de libros,
para guiarme por cielos e infiernos?
Podrá tener nombre, o nombres, o acaso
no los necesite; O no necesite yo poseerlos en mi haber.
Podrá tener cuerpos vivos, que latan en carne, o en tinta;
Que fluyan en sangre, o en mis oídos.
Podrá ser quien no crea capaz, y me ahonde yo entonces
aún más en mis inocentes falacias.
O podrá no ser quien crea adecuado, y deguste yo
nuevas gotas de inconsciencia forastera.
Eres tú.
Y soy yo.
Y no es nadie, y son todos, y es incluso nada y todo
confluyendo, y ninguna de las dos a su vez.
Es mi vivir encontrarle, o encontrarles, y no hacerlo también.
Con algo más que azar a mi favor, la calidez de un resplandor
me iluminará de vez en cuando. Y tal vez tenga tu nombre. Tu Vos.
Si alguna vez vieron y se interesaron en el Guernica, de Picasso, sabrán la terrible historia de la guerra civil española que representa. Sabrán cómo Picasso mostraba el dolor y la angustia con el cubismo, sabrán qué significa cada personaje, sabrán qué quiso mostrar Picasso. Pero, ¿Y si Guernica no significa eso?¿Y si escondido en el Guernica se encuentra un Picasso que no quiso decir lo que pensamos? Hoy, juego a ser ese Picasso escondido, que escribe desde su Guernica.