Estás quieto, inmóvil.
Ese otro me observa desde su cristalino silencio.
Su acallar me incomoda, me inquieta, me absorbe.
Mis ojos hoy encuentran lo que tanto evitaron. Ese Yo escondido.
Me asombra ser ese tan diferente de mí, tan cruel, tan directo,
Tan oscuro como la noche de mis pesadillas. Como Esa noche de pesadillas.
Mi visión me recorre mirando a ese monstruo,
Mirándome a Él, mirándonos ambos a mí.
¿Quién puede recorrerme para salvar esta maraña de dolores
Y humillación que es mi reflejo?
El espejo se quebranta con cada palabra gritada por mis ojos:
"Dolor", "Amor", "Olvido".
¿Quién debería temer qué combinación de ellas, Él o yo?
¿Quién temerá hoy a esa frase pronunciada por mis sentidos?
Porque cuando mi alma se desploma y no existe alguien que escuche el dolor,
¿Pronunciará algún ruido? Tal vez si.
Tal vez el del dolor que me acunó con su grito de guerra,
Tal vez mi alma cayendo frente a tus pies.
Desearía que mi espejo devolviese un ser más humano,
Pero temo que solo logrará devolverme quién soy:
Esa sombra que repta a través de la vida,
A través de mí, a través de ese espejo.
Si alguna vez vieron y se interesaron en el Guernica, de Picasso, sabrán la terrible historia de la guerra civil española que representa. Sabrán cómo Picasso mostraba el dolor y la angustia con el cubismo, sabrán qué significa cada personaje, sabrán qué quiso mostrar Picasso. Pero, ¿Y si Guernica no significa eso?¿Y si escondido en el Guernica se encuentra un Picasso que no quiso decir lo que pensamos? Hoy, juego a ser ese Picasso escondido, que escribe desde su Guernica.
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