No me agrada
demasiado
cómo dices las
verdades
pero odio tus
mentiras
en todas sus
variedades.
No soporto tus
dos risas
(la quisquillosa
y la estridente);
Pero amo tu
sonrisa,
cual pequeños
diamantes tus dientes.
Siento un
profundo rechazo
hacia tu forma
de hablar.
A tu voz que
extrañamente
los tonos deja
escapar.
Pero si algo he
de admirar
en una de mis
poesías
es tu manera de
hablar,
que desborda
alegría.
Y no me creo
superior,
jamás me creí
perfecto.
Siempre tengo
algún error,
nunca falta
algún defecto.
Y no es que
quiera cambiarte.
Que lo quiera
algún día no esperes.
Yo solo pretendo
amarte,
amarte por lo
que eres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario